Luis Barrionuevo volvió a su vehemencia habitual con un crudo reportaje en La Nación, donde se burló de Sergio Massa por pedirle que dejara de hablar, pero no fue contemplativo con nadie.

“¿Massa me va a prohibir que yo hable? A mí nadie me prohíbe. Y Sergio es un pichón que recién está cortando las alas. Tiene que aprender mucho todavía”.

“Lo que pasa es que él tiene un convento en Tigre y quiere que todos sean carmelitas descalzas. Y todos los intendentes que tiene Sergio con él, mean agua bendita”, respondió el gastronómico, artífice del último paro.

“Sergio necesita una estructura en todo el país y nosotros la tenemos. ¿O vos te creés que Menem con qué ganó? ¡Con una estructura nuestra!”, insistió.

Aseguró que está “en la misma vereda” de Moyano pero tienen tiempos distintos. “Alguno por ahí es más apresurado. Yo quiero que Cristina se vaya lo más pronto posible. Que apure el calendario. Que se apuren los días, que se acorten”, admitió.

Sobre Scioli fue tajante: “Es un pecho frío”, que si llega a presidente tendrá que hablar con él. “Siempre hablaron conmigo. Yo no hablé con Néstor porque no quise”, disparó.

Definió a Macri como “un buen gobernante de la Ciudad” que “para más no le dá”, Con Kirchner fue menos conmovedor. “Fue un avaro, prestamista, usurero” que “se cagó muriendo”.

Dejó frases desopilantes sobre su pasado, como cuando ironizó sobre la versión de que se quedó con el sindicato de gastronómicos a los tiros “Habrán visto mal porque fue a la madrugada. Un palo de escoba habrá sido”, respondió entre risas.

Y recordó orgulloso su participación en el pacto de Olivos, en aquellas negociaciones con Enrique “Coti” Nosiglia. “Fue la operación más grande de la historia política argentina. Veo pasar los presidentes al Congreso, después volver y después no vuelven más. Y yo sigo acá”, se jactó.